Del rescate a Grecia a la reforma institucional de Unión Europea
Coincidiendo con el 60 aniversario de la declaración Schuman, fecha emblemática declarada día de Europa, la UE el 9 de mayo de 2010 cruzó el Rubicón en la construcción de su unión monetaria.
Hasta esta fecha el Euro se basaba en los siguientes siete pilares: un banco central europeo de corte federal, independiente de los gobiernos y de las instituciones comunitarias; condiciones restrictivas de acceso a la unión monetaria; una política monetaria dirigida exclusivamente a garantizar la estabilidad de precios; un pacto de estabilidad sobre la política fiscal; la prohibición de que los bancos centrales financiasen a los gobiernos; la prohibición de que un Estado asuma la deuda de otro y una estrecha coordinación de políticas económicas nacionales.
Comunicación del Banco Central Europeo del lunes 10 de mayo de 2010
El lunes 10 de mayo, el BCE anunció que compraría deuda pública y privada para dar liquidez a mercados “disfuncionales”. Sin embargo el BCE no admitió que fuese hacer relajación cuantitativa sin ambages, y aseguró que realizaría operaciones para “esterilizar”, retirar, la liquidez inyectada por estas comprar así como tampoco precisó el importe que destinará a esta finalidad, a diferencia de la FED que anunció y realizó 1.25 billones de USD (1 billones de euros) de adquisiciones de MBS (activos respaldados por hipotecas) y el Banco de Inglaterra que agotó un programa para la compra de 200.000 millones de Libras (230.000 millones de euros). Con lo cual el BCE se reserva un margen amplio de actuación antes de equiparse a sus homólogos a costa de la incertidumbre en el mercado.
En la misma declaración el BCE anunció la reapertura de líneas swap con la FED y la extensión de la adjudicación plena de liquidez para las próximas subastas de mayo y junio a 6 y 3 meses. Estas medidas han tenido una acogida muy positiva en los mercados, que ven disiparse dos amenazas: una falta de liquidez ante el próximo vencimiento de 442.000 millones de euros que la banca europea debe devolver en junio al BCE y una depreciación desordenada del euro.
Comunicación del EcoFin del lunes 10 de mayo de 2010
Los ministros de finanzas de la Unión Europea (UE), reunidos durante el fin de semana del 9-10 de mayo sorprendieron a los mercados con el anuncio del establecimiento de un nuevo fondo de estabilización, que responde afirmativamente a la pregunta de si cualquier otro Estado en apuros contaría con un respaldo similar al ofrecido a Grecia. Dicho fondo servirá para respaldar la emisión de deuda por parte de la Comisión Europea a favor de cualquier miembro en dificultades para financiarse directamente en los mercados, podrá alcanzar los 750.000 millones de euros y tendrá una duración inicial tres años. 60.000 millones de euros los aportará la Comisión Europea, 440.000 millones de euros estarán garantizados por los miembros del euro proporcionalmente a su cuota en el BCE, más Polonia y Suecia. La aprobación de estas participaciones deberá hacerse de acuerdo a las leyes de cada Estado, con la participación en su caso, de los Parlamentos nacionales. Adicionalmente la UE espera que el FMI aporte al menos la mitad de lo aportado por la UE, es decir, otros 250.000 millones de euros, que operarían como préstamos directos bajo la condicionalidad habitual exigida por el FMI.
La base jurídica utilizada para activar este mecanismo de rescate ha sido el art. 122 del Tratado de Lisboa (ayuda en circunstancias fuera del control de los Estados). El 12 de mayo la Comisión Europea propondrá una reforma del Pacto de Estabilidad, con lo que queda patente que estamos en un punto de partida radical en la configuración de la Unión Monetaria.
Riesgo real de una nueva recesión
La crisis de riesgo soberano dentro de la zona euro ha evidenciado la profunda ligazón que supone el euro para la unión política de la UE. La interconectividad económica ha hecho insostenible la cláusula de “no bail out” que pretendía guardar a los socios del euro de posibles reclamaciones sobre un Estado en apuros.
El default de Grecia, no digamos España, sería el mayor default de deuda soberana jamás y sus consecuencias económicas arrastrarían a la banca europea y podrían asemejarse en escala a la quiebra de Lehman Brothers.
Además, no puede olvidarse que la crisis griega comenzó por una pérdida de confianza en la fiabilidad de la información oficial reportada por Grecia a la Comisión Europea. Las sospechas de los inversores extranjeros se extendieron por la eurozona provocando aumentos en las primas de riesgo y un deterioro de las perspectivas de recuperación de la economía real.
La incertidumbre generada por el riesgo soberano en la zona euro ha dado lugar a una huída a refugio que ha provocado una depreciación del euro con respecto al dólar de más del 11% desde los niveles de enero de 2010. Esto puede favorecer, a primer vista la balanza corriente de la zona euro, pero afectará negativamente a la inflación y puede además posibilitar, unido a las fuertes caídas de las bolsas, a que se produzcan OPAs hostiles desde el exterior.
Creo que la UE llevaba muchos años, desde Maastricht sin atreverse a dar un nuevo salta adelante. La crisis de deuda soberana de la periferia euro ha hecho inevitable dar este salto, de solidaridad, aunque sea a regañadientes. Y creo que esto nos llevará inevitablemente a arreglos institucionales con mayores cesión de soberanía. Creo que el Euro, tal y como soñaban muchos en Maastricht, finalmente nos traerá el federalismo.
Coincidiendo con el 60 aniversario de la declaración Schuman, fecha emblemática declarada día de Europa, la UE el 9 de mayo de 2010 cruzó el Rubicón en la construcción de su unión monetaria.
Hasta esta fecha el Euro se basaba en los siguientes siete pilares: un banco central europeo de corte federal, independiente de los gobiernos y de las instituciones comunitarias; condiciones restrictivas de acceso a la unión monetaria; una política monetaria dirigida exclusivamente a garantizar la estabilidad de precios; un pacto de estabilidad sobre la política fiscal; la prohibición de que los bancos centrales financiasen a los gobiernos; la prohibición de que un Estado asuma la deuda de otro y una estrecha coordinación de políticas económicas nacionales.
Comunicación del Banco Central Europeo del lunes 10 de mayo de 2010
El lunes 10 de mayo, el BCE anunció que compraría deuda pública y privada para dar liquidez a mercados “disfuncionales”. Sin embargo el BCE no admitió que fuese hacer relajación cuantitativa sin ambages, y aseguró que realizaría operaciones para “esterilizar”, retirar, la liquidez inyectada por estas comprar así como tampoco precisó el importe que destinará a esta finalidad, a diferencia de la FED que anunció y realizó 1.25 billones de USD (1 billones de euros) de adquisiciones de MBS (activos respaldados por hipotecas) y el Banco de Inglaterra que agotó un programa para la compra de 200.000 millones de Libras (230.000 millones de euros). Con lo cual el BCE se reserva un margen amplio de actuación antes de equiparse a sus homólogos a costa de la incertidumbre en el mercado.
En la misma declaración el BCE anunció la reapertura de líneas swap con la FED y la extensión de la adjudicación plena de liquidez para las próximas subastas de mayo y junio a 6 y 3 meses. Estas medidas han tenido una acogida muy positiva en los mercados, que ven disiparse dos amenazas: una falta de liquidez ante el próximo vencimiento de 442.000 millones de euros que la banca europea debe devolver en junio al BCE y una depreciación desordenada del euro.
Comunicación del EcoFin del lunes 10 de mayo de 2010
Los ministros de finanzas de la Unión Europea (UE), reunidos durante el fin de semana del 9-10 de mayo sorprendieron a los mercados con el anuncio del establecimiento de un nuevo fondo de estabilización, que responde afirmativamente a la pregunta de si cualquier otro Estado en apuros contaría con un respaldo similar al ofrecido a Grecia. Dicho fondo servirá para respaldar la emisión de deuda por parte de la Comisión Europea a favor de cualquier miembro en dificultades para financiarse directamente en los mercados, podrá alcanzar los 750.000 millones de euros y tendrá una duración inicial tres años. 60.000 millones de euros los aportará la Comisión Europea, 440.000 millones de euros estarán garantizados por los miembros del euro proporcionalmente a su cuota en el BCE, más Polonia y Suecia. La aprobación de estas participaciones deberá hacerse de acuerdo a las leyes de cada Estado, con la participación en su caso, de los Parlamentos nacionales. Adicionalmente la UE espera que el FMI aporte al menos la mitad de lo aportado por la UE, es decir, otros 250.000 millones de euros, que operarían como préstamos directos bajo la condicionalidad habitual exigida por el FMI.
La base jurídica utilizada para activar este mecanismo de rescate ha sido el art. 122 del Tratado de Lisboa (ayuda en circunstancias fuera del control de los Estados). El 12 de mayo la Comisión Europea propondrá una reforma del Pacto de Estabilidad, con lo que queda patente que estamos en un punto de partida radical en la configuración de la Unión Monetaria.
Riesgo real de una nueva recesión
La crisis de riesgo soberano dentro de la zona euro ha evidenciado la profunda ligazón que supone el euro para la unión política de la UE. La interconectividad económica ha hecho insostenible la cláusula de “no bail out” que pretendía guardar a los socios del euro de posibles reclamaciones sobre un Estado en apuros.
El default de Grecia, no digamos España, sería el mayor default de deuda soberana jamás y sus consecuencias económicas arrastrarían a la banca europea y podrían asemejarse en escala a la quiebra de Lehman Brothers.
Además, no puede olvidarse que la crisis griega comenzó por una pérdida de confianza en la fiabilidad de la información oficial reportada por Grecia a la Comisión Europea. Las sospechas de los inversores extranjeros se extendieron por la eurozona provocando aumentos en las primas de riesgo y un deterioro de las perspectivas de recuperación de la economía real.
La incertidumbre generada por el riesgo soberano en la zona euro ha dado lugar a una huída a refugio que ha provocado una depreciación del euro con respecto al dólar de más del 11% desde los niveles de enero de 2010. Esto puede favorecer, a primer vista la balanza corriente de la zona euro, pero afectará negativamente a la inflación y puede además posibilitar, unido a las fuertes caídas de las bolsas, a que se produzcan OPAs hostiles desde el exterior.
Creo que la UE llevaba muchos años, desde Maastricht sin atreverse a dar un nuevo salta adelante. La crisis de deuda soberana de la periferia euro ha hecho inevitable dar este salto, de solidaridad, aunque sea a regañadientes. Y creo que esto nos llevará inevitablemente a arreglos institucionales con mayores cesión de soberanía. Creo que el Euro, tal y como soñaban muchos en Maastricht, finalmente nos traerá el federalismo.
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