Ayer moría en cuba el preso político Orlando Zapata y desde Ginebra durante el Congreso Mundial contra la pena de muerte, sin mencionar a Cuba ni al propio Zapata, el Presidente del Gobierno de España declaraba: "nadie tiene derecho a arrebatar la vida a otro ser humano" (video aquí, cita en min.2).
Ayer en el Senado de Madrid se aprobaba la reforma de la ley del aborto, ahora un derecho a cargo de la sanidad pública, libre y gratuito en las primeras 14 semanas (más allá de 1/3 de la gestación) y por "riesgo psíquico para la madre" hasta las 22 semanas (casi 1/2 de la gestación) antes el plazo no venía regulado en este caso.
Esta ley es, como mínimo, una contradicción manifiesta al principio arriba exprasado. La Ley facilita de tal modo el aborto que es muy probable aunque no obligatorio que los abortos aumenten de los 115.812 anuales en 2008. Esto es una salvajada humana. No hay guerra en la que estemos ni epidemia que segue tantas vidas de españoles en un año. Esto no es compartido con mucho, que esos niños son españoles, que son seres humanos, o que son sujetos titulares de derechos protegibles.
La ley será la que sea (más fría y horrible que ninguna otra). ¿Pero qué hará la sociedad? Es necesario que hagamos un esfuerzo extra para que a pesar de la ley, dentro de la libertad veamos un reducción sorprendente del número de embarazos, no por imperativo legal sino porque esos niños sean queridos y la sociedad, comenzando por sus padres les reciban y les protejan. A esta misión nos llama semejantes circunstancias.
Ayer en el Senado de Madrid se aprobaba la reforma de la ley del aborto, ahora un derecho a cargo de la sanidad pública, libre y gratuito en las primeras 14 semanas (más allá de 1/3 de la gestación) y por "riesgo psíquico para la madre" hasta las 22 semanas (casi 1/2 de la gestación) antes el plazo no venía regulado en este caso.
Esta ley es, como mínimo, una contradicción manifiesta al principio arriba exprasado. La Ley facilita de tal modo el aborto que es muy probable aunque no obligatorio que los abortos aumenten de los 115.812 anuales en 2008. Esto es una salvajada humana. No hay guerra en la que estemos ni epidemia que segue tantas vidas de españoles en un año. Esto no es compartido con mucho, que esos niños son españoles, que son seres humanos, o que son sujetos titulares de derechos protegibles.
La ley será la que sea (más fría y horrible que ninguna otra). ¿Pero qué hará la sociedad? Es necesario que hagamos un esfuerzo extra para que a pesar de la ley, dentro de la libertad veamos un reducción sorprendente del número de embarazos, no por imperativo legal sino porque esos niños sean queridos y la sociedad, comenzando por sus padres les reciban y les protejan. A esta misión nos llama semejantes circunstancias.
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